A lo largo de los años se ha mantenido una tradición no escrita en los dossiers: el almuerzo navideño de los sarmientos. Sé que nunca "están todos los que son, ni son todos los que están", pero los de la etapa del "pleistoceno inferior" hemos mantenido la costumbre. Fecha de referencia siempre: el día de los inocentes o al alrededor, es igual. La fecha no era para gastarnos inocentadas, sencillamente era y sigue siendo para recobrar la inocencia. Nunca ha sido sólo comer y beber, lo realmente apasionante es recordar, reir, abrazarse, llorar, emocionarse y aguantar divertidos -en bastantes ocasiones- las pacientes caras de poker de algunos de los conyuges, que como también era habitual, siempre estaban invitados.

De esta foto, el único recuerdo claro es que fue en Los Villares, por lo demás no sé que año fue ni más detalles. (eso si, aún tenía pelo).